Si estás pensando en visitar Zamora y solo tienes un par de días, no te preocupes: no es una ciudad de correr, sino de saborear. Aquí el tiempo se mueve más despacio, los planes se improvisan y los rincones bonitos aparecen cuando menos te lo esperas. Lo bueno es que, con solo 48 horas, puedes vivir una experiencia intensa, auténtica y sorprendente.
Pero… olvídate del típico “top 10 de Google”. Aquí te traemos lo que no siempre te cuentan: calles con alma, vistas que no están en Instagram (todavía) y lugares que te van a hacer pensar: “¿cómo no conocía esto antes?”
🕰 Día 1 – El corazón antiguo de Zamora (y sus secretos bien guardados)
📍 Comienza por la Catedral… pero no te quedes ahí
La Catedral de Zamora es pequeña, robusta, románica y con una cúpula que parece salida de un libro de arte bizantino. Visítala, pero… lo mejor viene cuando sales.
Justo detrás, encontrarás el Castillo de Zamora. Sube a su muralla, respira hondo y mira al Duero. No hay ruido. Solo piedra, río y siglos.
👣 Callejea sin GPS (sí, en serio)
Camina por la calle Balborraz, una cuesta empedrada y colorida, donde cada fachada parece contar su propia historia. En su día fue la entrada comercial de la ciudad… hoy es el rincón favorito de los que descubren Zamora sin mapa.
👀 Rincón secreto del día: El Mirador del Troncoso
No está en todas las guías. Pero es uno de esos lugares que te hacen parar y quedarte más de lo que pensabas. Desde ahí, el Duero parece un río de seda. Lleva un café, si puedes. O alguien con quien compartir el silencio.
🍷 Tarde de tapeo y vino
Zamora no tiene playa, pero tiene vino. Ribera, Toro, Arribes… elige. Y acompáñalo con queso zamorano, setas… Calle Herreros o Plaza de Santa Lucía son buenos lugares para dejarte llevar.
🌿 Día 2 – Ruta por la Zamora que no sabías que existía
🚶 Ruta del Duero: caminar sin prisa
Empieza el día con una caminata por la Ruta del Duero. Puedes tomar el camino desde el Puente de Piedra y avanzar junto al río, entre árboles y silencio. Ideal si quieres resetear la cabeza o sacar fotos sin nadie alrededor.
🏛 Visita un museo poco conocido (y muy bueno)
El Museo Etnográfico de Castilla y León sorprende. Moderno, interactivo y con un toque muy zamorano. Perfecto para entender la esencia de esta tierra, más allá de sus iglesias.
🧱 Explora el Barrio de Olivares
Aquí no hay tiendas de souvenirs. Solo casas de piedra, fachadas humildes y un ambiente de otro tiempo. Ideal para perderte (y encontrarte). Si te gusta la fotografía, tráete batería extra.
🛏 Dónde dormir para exprimir Zamora sin estrés
Si de verdad quieres vivir todo esto con calma, lo ideal es elegir un alojamiento que te permita olvidarte del coche y moverte andando. Un piso turístico en el casco histórico de Zamora te da independencia, comodidad y el gustazo de desayunar mirando al Duero o bajando al mercado de abastos como un vecino más.
Además, si tienes cocina, puedes probar los productos locales a tu ritmo: quesos, embutidos, vinos, pan de horno de leña…
🎒 Visitar Zamora es como leer un libro que no querías que se acabara
No es una ciudad de postureo, ni de rutas marcadas. Zamora es para los que viajan con los ojos bien abiertos, para los que disfrutan de un buen paseo, un buen vino y una conversación sin prisa.
En dos días puedes ver mucho. Pero sobre todo, puedes sentirte parte de algo auténtico.
Así que ya sabes…
📌 Si vas a visitar Zamora, no la mires desde fuera. Vívela desde dentro.
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